Completamos marzo y a esta vez la minisección dedicada a las sagas arruinadas, aunque habíamos proyectado que nos quedaríamos cortos, al parecer hay más franquicias a considerar, así que si les agradó esta idea y les gustaría que se extendiera, avísennos para continuarla más adelante. Despedimos este especial con una franquicia que nunca alcanzó a tomar forma, tal vez porque no daba para secuelas o faltó claridad para aprovechar su potencial, estamos hablando de Cloverfield, cuya primera película fue estrenada en 2008 y al parecer, originalmente no estaba planeada como una franquicia, pues aunque se podría suponer que Super 8 iba a ser su continuidad, nunca lo fue, tuvieron que pasar ocho años para que apareciera una secuela, que en realidad tampoco lo es, pues lo único que tiene en común con la primera película es solamente la palabra Colverfield en el título, seguramente se trató de un truco publicitario para venderla mejor, ¿ahí murió la saga?, pues no, sorpresivamente, dos años más tarde tras un Superbowl se estrenaba una tercera entrega de la saga y esta si que hundió a la franquicia, pero no en términos económicos, seguramente saldrán más Cloverfields, pero sí le quitó toda credibilidad y consistencia como saga debido a su deplorable guion, en los primeros minutos un personaje terciario spoilea el resto de la película por completo, el desarrollo de personajes es mínimo y si buscan alguna relación con la película inicial, sólo la encontrarán en el final y se trata de un fan service gratuito y mal hecho, esta franquicia es tan informe que cada entrega funciona como películas independientes sin ningún problema. La trama, la Tierra está al borde de una crisis sin retorno, desde el espacio, un grupo de científicos busca una solución, a pesar que desde la Tierra un experto con tufo de conspiranoico advierte ciertos peligros sobre el experimento que se realiza en el espacio (y adelanta el resto de la trama), la misión sigue adelante experimentando un inexplicable fenómeno que los traslada a otra dimensión, suena harto mejor de lo que realmente es:
THE CLOVERFIELD PARADOX (2018)