La octava entrega de MS Frikianos continuó homenajeando al maestro del Stop Motion revisando más de su filmografía:
En este compacto, las películas combinan el trabajo de Harryhausen con actrices guapas con generosos escotes para esa época e historias un tanto débiles, exceptuando guiones en los que Harryhausen aportó y reforzó:
- One Million Years B.C. (1966): Producción de la Hammer sobre el mundo prehistórico con cavernícolas, dinosaurios y Raquel Welch, quien se convirtió en un símbolo sexual tras la película. A propósito, un programa de tv chilena a finales de los 80's invitó a Raquel Welch, la película es del '66, saquen la cuenta de los años y adivinarán que cuando la trajeron ya no calentaba ni a De Sinis. La película, sin diálogos, presenta la travesía de unos cavernícolas en un mundo donde los dinosaurios aun la llevan.
- The Valley of Gwangi (1969): Descrita como una nueva versión de King Kong, pero con un despiadado T-Rex en lugar del gorila gigante, vaqueros y la polaca Gila Golan. En lugar de una isla remota, un grupo de vaqueros se dirige a un valle perdido en medio del desierto buscando fortuna, después del descubrimiento de un caballo enano terminarán ambicionando más de lo que podían abarcar. La batalla entre dinosaurios está dentro de las escenas más destacables nuevamente.
- The Golden Voyage of Sinbad (1973): Última gran película en la que colaboró Harryhausen y desde luego gracias a su trabajo. La historia mezcla criaturas mitológicas de culturas y tiempos diferentes y a la sensual Caroline Munro (las películas del abominable doctor Phibes y algunas de la Hammer sobre vampiros), donde un Simbad que parece ser el papá de Christian Bale protagonizará una memorable escena combatiendo a la diosa Kali. Acá Simbad se da a la tarea de salvar a un rey embrujado por un malvado mago (Tom Baker, el cuarto Doctor Who), debiendo enfrentar diversas criaturas mitológicas.
- Sinbad and the Eye of the Tiger (1977): Dentro de lo más bajo de la cinematografía de Harryhausen, obviamente es su trabajo en stop motion lo que salva a una película sin trama y con unos cromas demasiado evidentes, además que el tigre del título brilla por su ausencia (lo que aparece al final de la película es un dientes de sable). El paso del tiempo y la nueva tecnología le estaba pasando la cuenta a la técnica del stop motion, considerando que ese mismo año se estrenó Star Wars, opacó por completo a esta película, que tal vez en su momento ya estaba desfasada, pero quienes la vieron en su infancia, la recuerdan con cariño. En esta ocasión, Simbad debe remontarse a Hiperbórea para que un principe recupere su forma original, pues su ¿madrastra? lo convirtió en un babuino para evitar que herede la corona de un reino.
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